
Mientras camino a mi casa por las miserables calles de mi ciudad, me doy un pequeño tiempo para pensar en mi mismo, algo que no hacía hace tiempo, hace bastante tiempo. El trabajo, la presión... mi vida paradojicamente no me da tiempo para vivir.
Estaba harto de mi vida, odiaba el gris uniforme, odiaba el nudo de la corbata apretando mi garganta, especialmente ese día, el último día. Entonces, comencé a pensar en lo que todos piensan en estas situaciones. ¿Existo yo en verdad? ¿Existen los demás? ¿No sera esto solo un desgraciado sueño, una maldita e infeliz pesadilla? Claro...yo ya sabía la triste respuesta...pero había algo que me molestaba... Recordé de manera borrosa mis estudios de filosofía, recordé el clásico Cogito Ergo Sum, el desgraciado "Pienso, luego existo". Esa infeliz frase es la causante de toda esta miseria, de toda esta basura. Si tan solo se hubiese pensado un poco mas, si se hubiese analizado el lenguaje, se hubiesen dado cuenta de la verdad. El pensar...el pensar, ¿como demonios uno piensa? Esta pregunta, es la causa del infierno actual. El creer que el ser humano es capaz de pensar de manera autónoma, que es capaz de pensar por si solo desde un principio, es el error mas grande de la humanidad. ¿Como explica uno la introspección, sin usar el lenguaje?¿Es posible dar características de algo sin tener los términos? ¿Como es que uno conoce ese lenguaje? Y ahí, de manera mágica e inesperada, aparece...la sociedad. La gloriosa creadora del lenguaje. ¿Como voy a existir solo yo, si el lenguaje no lo cree yo, y , por ende, alguien mas lo creó? La respuesta es obvia, el lenguaje antecede a la introspección, la sociedad es algo que siempre a existido y que por siempre va a existir, algo indispensable para mi vida...para nuestras vidas.
Seguí caminando por mi rutinario y gris camino, gocé de las atracciones principales, los seres sin destino. Empresarios millonarios que siguen trabajando por mas dinero, empleados flojos que se gastan todo en tragos y sexo. Esa era la asquerosa gente que me hacía sufrir, la desgraciada gente que me hacía existir. Y a uno le reclaman por ser nihilista...
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