martes, 25 de septiembre de 2007

No Pensar


El hombre solitario del cerro se veía igual que todas los días: quieto, pensativo, deprimido. Las cicatrices eran abundantes en su cuerpo, pero no eran de caídas a caballo o de peleas de barrio. Los años y la experiencia recaían en el como un gran pedazo de plomo, la realidad se había abierto camino entre la niebla del sueño. Él lo sabía, claro que lo sabía, sin embargo, aveces preferiría no saberlo. Estaba cansado de tanto pensar. Sin embargo, no podía evitarlo, era un vicio, un detestable vicio que no lo soltaba, un dulce que lo hacia gozar pero lo mataba por dentro.

A veces me pasa que me siento tan solo un mero observador de mi vida, me siento un simple personaje de una pelicula de la cual ya se el final, el triste final. Me miro al espejo y me doy cuenta de que hace tiempo que no soy el de antes, o mejor dicho, el que creía ser antes. Mi forma de actuar y pensar ha hecho todo menos mantenerse en su lugar, mi visión del mundo a caminado por todos los caminos posibles y infinitas ideas se han peleado por salir de mi mente. ¿Que es realmente mi vida? ¿Quien soy yo? ¿Soy él de ahora, él de antes, él que vendrá después o el irreal e imposible conjunto de todos ellos?
El ciclo se repite y cada vez que me miro al espejo menos me reconosco. Cada vez mas vidas se apagan dentro de mi, cada vez mi larga colección de almas va perdiendo hombres en sus filas. Nadie sabe, quizás...quizás mi vida sea la ultima de todas, la que pueda ver a todas las demás. Sin embargo, nunca sabré cuando ella llegue, ya que no estaré vivo para cuando se acabe. Que triste, que irónico. Haber luchado tantos años para saber cual es mi vida para que cuando finalmente llegue, no poder saber que realmente esa era, y desperdiciarla como una del resto.
Por eso la gente dice que hay que vivir cada día como si fuese el ultimo, porque puede serlo. Pero, ¿saben que? A mi no me interesa eso, lo encuentro una estupidez. Tantas ganas de vivir, tantas ganas de gozar; parecen niños con tanta inocencia, me dan tanta pena. ¡Cuantas horas habré gastado en verlos tratar de entenderse y quererse! No saben lo lejos que están de conocerse, no saben lo interesado que es su amor, lo triste que es su vida y lo tonta que es su percepción... parecen microbios, parecen un asqueroso virus que se esparce por el mundo creyendo estar vivo, creyendo ser felices y emocionales, irradiando su visión por todos lados... deberían matarlos a todos.
Ahh... la verdad rendirse no suena tan mal en este momento. Al parecer, a veces lo mejor es no pensar... abandonarlo todo...descansar...ahhh, que desgracia.

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