domingo, 24 de junio de 2007

Enfermo


Acababa de salir del pabellón. Le habían obligado a operarse, fue mucha presión. La ley era clara, las penas muy caras. Salió sabiendo que nunca volvería a ser igual, que todo por lo que lucho debía olvidar. En el pasillo estaba Miguel...ingenuo como siempre, esperándolo, con la esperanza de que ocurriera un milagro. Se acerco velozmente, le abrazo. Manuel, sin darse cuenta,con fuerza le empujó. Lo vio a los ojos, tembló. No le dijo nada, no era necesario, Miguel entendió que todo se había acabado.
En ese mismo instante, el doctor salía del pabellón. Llevaba cruz en mano, era obligación. Las enfermeras iban a su lado, rostro tapado, pelo tomado. Cada una tomo de un brazo a Miguel, había que hacerlo, había que ser un cristiano fiel. Miguel miró hacia atrás, vio a alguien que parecía ser Manuel. Pensó en su destino...pensó en su ser... y sin dudarlo, empezó a correr.

jueves, 21 de junio de 2007

Travesía


Hace cuarenta años yo trabajaba en un pequeño zoológico, por ahí cerca del cerro. Me gustaba mi trabajo...era simpático, entretenido. Me sabía los nombres de todos los animales, eran como mis amigos.
Mi trabajo la verdad era bastante simple, solo tenia que darle de comer a los animales y limpiar sus jaulas. Me sentaba la mayor parte del día en mi silla en mi cabina, y veía como la gente miraba a los animales. Había de todo: niños, abuelos, curas, abogados, nadie se podía resistir a la tentación de ver los animales. Eso si, nunca entendí como era que la gente no se aburría de ver siempre a los mismos animales, siempre las mismas caras en los mismos lugares. Los animales nunca cambiaron, siempre eran los mismos...sin embargo, cada vez mas gente venía y volvía... había algo que no sabia. Me cuestione a mi mismo...la idea del zoológico es ver animales extravagantes, extraños, siempre distintos, ¿que sentido tenía que viniera cada vez mas gente a ver los mismos animales de siempre? Quizás...quizás todo sea un engaño. Quizás los animales son los espectadores y nosotros la entretención, quizás solo somos unos bichos en constante observación. Ellos ven como cada día los mecanizados y arcaicos entes caminan lenta y previsiblemente para ir a ver y ser observados, ellos ven como siendo tan distintos son tan iguales. Desde ese día me avergoncé de ser humano, desde ese día empecé a ser animal. Corrí de pueblo en pueblo, perdiendo cada vez mas mi habilidad de hablar. Mis costumbres se perdieron, mis modales, murieron. La gente me veía como si fuese un loco, me empezaron a perseguir. Después de años de soledad, fui encontrado, arrestado, obligado a desistir.
Desde entonces vivo en un manicomio, encerrado en una jaula, como mis viejos amigos. De vez en cuando me vienen a ver, son esos entes pálidos con delantal blanco sin nada que hacer. Me miran como si fuese un espécimen en extinción, como si fuese un tigre o un león. Si tan solo supiesen la verdad...si tan solo pudiesen ver que en su zoológico no hay variedad.

domingo, 17 de junio de 2007

¿Él?


Un día estaba caminando por las calles de Santiago. Era de noche, estaba muy helado, llovía intensamente. El sonido de las gotas cayendo era muy relajante, casi para quedarse dormido. Mi trabajo ya estaba acabado, solo tenia que volver a mi casa para poder descansar. Me puse en el paradero para esperar una micro y escapar de la lluvia. El tiempo pasaba...las micros no, me estaba empezando a desesperar. Derepente un hombre con abrigo largo y una bufanda negra me vino a acompañar. Su largo pelo no me dejaba verle bien la cara. Su presencia me desagradaba, era como una sombra esperando el momento para atacarme, como una araña con ansias de devorarme.
Mientras yo miraba el cartel de publicidad y esperaba con calma, él me miraba directamente...como si me estuviese observando el alma. Al darme vuelta,lo vi...era extraño, claro que si. Lo mire a los ojos, y le pregunte porque me miraba así.Él me hizo un gesto, no lo entendí, se saco la bufanda... lo vi.
Desde ese día mi cordura empezó a ceder. A ese ser, no lo quiero volver a ver.

...


Un día me encontré con un ser con cabeza de oso y piernas de león, tenia ojos de águila y cola de ratón. Se acerco a mi, y con un tono suave me preguntó: Ser humano ¿que piensa usted? Yo no entendi bien que me preguntaba y solo lo mire. Él miraba el cielo, miraba el mar, me dijo que fuese mas sabio, que empesara a amar, que no importaba como fuese, había que respetar. Entonces se fue, no dejo rastro, paso a ser un recuerdo, una cosa que fue.
Mi robot se acerca a mi, me da el diario y el cafe, lo miro a los ojos, no se que hacer. El robot me mira, entiende mi pensar, se acerca a mi oido, y me dice sin dudar: "Yo tambien lo quiero señor, lo quiero tanto que no dejare que sienta dolor. Si una muerte usted a de tener, yo la mas grata le e de traer". Senti un escaofrio en mi espalda, el temor corrio por mi alma. Mi robot me agarro, me dio algo, todo acabo. "El ser humano sufre, eso no puede ser, una vida digna deben tener. Mi trabajo es ayudarlo, lo hare a todo costo, aunque esto signifique matarlo". Cuando creamos cosas pensamos en que sean capaces de pensar y actuar...pero nunca pensamos en que quizas piensen distinto...en que quizas piensen más.

viernes, 15 de junio de 2007

La Carrera


A veces me sueño en la pista en un día de aquellos, las graderías llenas, los finalistas en sus lugares, el nerviosismo reina en el lugar. Miro a mis lados, veo gente deseosa de ganar, gente con objetivos que lograr. Los miro sin rencor, son mis amigos, colegas de una pasión.
"¡Fuera los busos!" La adrenalina corre por mi cuerpo, la emoción es muy grande para contenerla. Miro a mi familia en el publico, quiero que me miren, quiero que miren la felicidad viva y en persona. "¡Competidores, a sus marcas!" Me pongo en posición para partir. Antes de apoyar mis manos en la pista, miro hacia el frente. En este momento no se piensa, solo se siente. Veo la meta, veo el final, veo la vida y la muerte, me veo ganar. Esbozo una pequeña sonrisa, estoy determinado a ganar, pase lo que pase, he de triunfar. Me pongo en posición, mirada hacia abajo, hombros al frente, me recuerdo a mi mismo, todo esta en mi mente. "¡Listos!" Mi cuerpo se levanta lentamente....estoy esperando el momento exacto...mis sentidos se prenden...estas carreras no se pierden. En centésimas de segundo mi cuerpo se adelanta con una fuerza increíble, siento el viento mi cara, una sensación indescriptible. Llevo diez metros, mi cuerpo se empieza a enderezar, la velocidad es extrema, no puedo parar.
A lo lejos se escucha al publico rugir, seres exaltados que gozan con vernos seguir. Un hombre grita, se pone a llorar...no era para menos, era una final.
Los segundos pasan, los metros también; los competidores no ceden, tienen que correr. Sus ojos brillan, reflejan la hermosura de lo que ven. Su vida es este pequeño momento, estos segundos de emoción, aquí ven todo, admiran lo que son. El entrenamiento, la dedicación, todo tenía una profunda motivación.
Adelante mi cuerpo al llegar a la meta... levante mis manos en signo de victoria. El público llegó a un éxtasis máximo, mi cuerpo también. Miré a mi familia, mire a mi hogar, ellos sabían que iba a ganar. Empece a caminar, esto lo tenía que celebrar. Me reuní con los otros siete campeones, nos unimos en una fiesta de profundas emociones. Sus ojos brillaban, reflejaban su vitalidad, eran pruebas firmes de su felicidad.
Esa noche no hubo un perdedor, tampoco un campeón... esa noche, fue pura pasión.

domingo, 10 de junio de 2007

Si


Estoy harto de escuchar que el mundo esta mal. Contaminacion total, calientamiento global, parecen escusas para evadir la felicidad. Es verdad, el mundo se va a acabar, pero que mas da, todo tiene un final. Nuestro poder es muy diminuto, hay mejores cosas que hacer en estos pocos minutos. Dediquense a crear, dediquense a imaginar, hay muchas cosas que merecen un nuevo lugar. El mundo actual es aburrido, predecible, fome. ¿Porque querer salvarlo, si puede haber uno nuevo? Porque salvar a los pandas para verlos comer bambu, es mas entretenido verlos peliar con mazos en un iglu. Por que pensamos en contaminacion, mejor imaginemoslo como un nuevo tipo de decoración. Vamos, nisiquiera sabemos que es la realidad...nisiquiera sabemos que es la verdad...porque hacer todo tan negativo, si podemos hacerlo mucho más entretenido. La vida es un juego, un juego para gozar, no se estresen, dediquense a jugar.

Cuando leo esto, no se que pensar. Me cuesta admitirlo, pero tiene algo de verdad.

sábado, 9 de junio de 2007

Disfraz


Me llamo Diego Torres. Soy profesor de filosofía, pero de hobby soy botánico. Muchos se preguntan porque me gustan las plantas, pero hay algo en ellas, algo muy interesante. No sabría explicarlo, pero tienen algo en su esencia, algo que las hace sospechosas.
Todos los días después del trabajo voy a mi jardín a ver como están. Ellas son sin duda muy bellas, pero hay algo...hay algo obscuro en ellas. Su silencio...su silencio es inquietante, me da una sensacion de observación incesante. A veces se me viene a la mente la idea que quizás pueden pensar...siempre la descarto en 10 segundos, hay que vivir en la realidad.
Mi planta favorita es mi rosa roja, la que esta en el medio del jardín. El rojo de sus pétalos me hace pensar que quizás este viva...que quizás es mi amiga.
Un viernes llegue de mi trabajo muy agotado, mi semana de trabajo por fin se había acabado. Al abrir el portón, vi algo inesperado. Unas cosas gordas y peludas se adentraban en mi hogar, rompían el suelo, gozaban su actuar. Las enredaderas se comían mis murallas, las malezas crecían por doquier; mi hogar había sido tomado, tomado por alguien que no se quien es. Mire alrededor, asustado y asombrado, y vi a mi rosa roja en su típico lugar. Su inocencia revelaba su culpabilidad, su ironía la termino por incriminar. Tome mis tijeras de podar, y me acerque a ella determinado a actuar. Sin embargo, al estar frente a ella, dude de mi pensar. Nadie sabía que pasaría si mataba a la flor, era un riesgo muy grande, no tuve el valor. Bote las tijeras, corrí a mi hogar, me escondí en una pieza, me podían matar.
Desde ese día no salgo de aquí. Con el pasar de los días la comida se acaba, el agua escasea. Mi mente vive en el pasado, el presente no vale la pena, el futuro es incierto. Por mi ventana veo a la rosa roja aun en su lugar, un rey maligno que jugo con mi amistad.

jueves, 7 de junio de 2007

Muerte Incolora



La velocidad es alucinante. El viento me pega tan fuerte en los ojos que apenas puedo ver, pero eso no importa. La sensación de no poder acelerar más, de no poder ir más rápido, es algo inigualable, algo irreemplazable. Veo por mi ventana, veo estatuas. No las entiendo, no se como pueden soportar estar así. Su monotonía es nauseabunda, su incoloridad, desagradable. Parecen estar esperando algo, esperando algo que nunca llegara. La lluvia empieza a caer...sus caras se deforman y se tornan irreconocibles. Los restos de sus cuerpos forman una gran masa amorfa y griseasa...la cosa mas desagradable que e visto en mi vida.
Me estaciono en mi lugar favorito, al lado de la Copec. Los bomberos me miran de reojo, ellos saben que vengo aquí todos los días, se que me odian. Camino a un ritmo acelerado, no me gusta perder el tiempo, entro a la fábrica. Comienza mi trabajo de todos los días, mi pasión, probar autos de carrera. Hoydía llegaba un auto nuevo, un Ferrari ultimo modelo, una maravilla. Lo pruebo, doy 1 o 2 vueltas. Salgo extaciado, me tiro en el suelo... y pienso. No lo hacía desde hace mucho tiempo, desde que era niño, pero pensé que era un momento adecuado para hacerlo. Me pregunté a mi mismo porque era que trabajaba en esto, si es que acaso no habría algo más en el mundo. Cuestione mi vida, mi religión, mi conducta.
Derrepente miro hacia abajo, miro mis pies grises y pesados, trato de pararme, pero pesan demasiado. Es tarde, es muy tarde ya. A medida que el gris invade mi cuerpo siento como mi conciencia se va apagando, mi vida se estaba acabando. Antes de que se me solidificaran los ojos, pude ver el paisaje. Los grises entes me miraban en mi dolor. Creí escuchar una risa...debió ser mi imaginación.

lunes, 4 de junio de 2007

Un Segmento


Un día estaba en la universidad. Tenia clases de filosofía, y como siempre me iba a hacer clases el loco con cara de Einstein. Estaba cansado de tener clases con alguien tan matemático y objetivo, quería en verdad debatir, pensar, cuestionarme las cosas, cosas que pensaba un matemático nunca podría hacer. Llegue y me senté en el mismo puesto de siempre en la misma fila de siempre, me pregunte de que tema fome iba a hablar ese día.
El profesor llega, dibuja una linea en el pizarrón, y dice "Esta es la vida, es solo un pequeño segmento, pero es un segmento que se puede dividir infinitamente, creando infinitas partes que se suceden unas a otras. Esto crea a su vez infinitos nuevos segmentos, los que se dividen nuevamente, cayendo al final en un ciclo vicioso de infinitas vidas o identidades."Guardo sus cosas y se fue.
Nunca más lo volví a criticar.

Por su Propio Bien


Era el año 2017, estaba en un juicio,enjuiciaban a mi hermano. Él era un hombre que nunca se destaco por ser inteligente en el colegio, pero tenía ese brillo en los ojos, ese ligero detalle que lo hace a uno saber que es un genio.
Me senté calmado en mi silla, con una confianza plena en que todo iba a salir bien. Los androides encargados de dar la sentencia tenían fama de ser inteligentes, quizás demasiado inteligentes, mi hermano sabía eso, no era de preocuparse, era mejor de echo.
El juicio empezó. Se le imputaba a mi hermano de triple asesinato, y asalto a mano armada. Toda la evidencia parecía estar en su contra, hasta que le toco hablar a él.
Con una soltura envidiable, se echo a hablar: "Señores del jurado, señores jueces, debo decirles que tienen al hombre equivocado. ¿Como es posible determinar si la persona que esta aquí hablando es la misma que cometió el crimen? Preguntense a ustedes, ¿como pueden estar seguros que sus fabricantes, sus jefes, siguen siendo los mismos si es que por cada segundo que pasa su inconsciente sufre cambios sin vuelta atrás? Un adulto nunca volverá a ser un niño, un anciano no volvera a ser joven. Ustedes, seres privilegiados, son los únicos que nunca cambian, y por ende son los únicos que pueden ser considerados culpables de estos homicidios, ustedes son los únicos que siguen vivos desde los asesinatos, nosotros, en cambio, nacimos después de estas muertes." El publico se mantuvo en un tenso silencio, los androides se miraron, hablaron entre ellos.
Mi hermano logró safarse del cargo al final, los que no lograron salvarse fuimos nosotros, la humanidad. Los androides asesinaron a todos sus jefes y fabricantes por temor a que fueran impostores, las experiencias fueron prohibidas, las opiniones, reprimidas. El control de la población se justificaba por su seguridad. Otro régimen de abusos y torturas comenzaba...esto ya parece ser monótono.

domingo, 3 de junio de 2007

Ciego...?


Siempre me he considerado una persona curiosa. Desde chico revisaba las cosas de la gente, miraba, siempre con ojos agigantados, todo lo que tenía en frente. Las imágenes corrían por mi conciencia y me hacían bañarme en una dulce sensación olor lavanda. Sin embargo, cuando crecí, me di cuenta de que había algo que nunca había podido hacer, saber que es lo que piensa la demás gente.
Traté y traté, ocupe diez mil formulas, pero nunca lo logré. La frustración me invadió...quise dejar de ver...dejar de existir. De que me servía esta curiosidad, si no la podía saciar. Entonces empecé a pensar...¿Desde cuando me gustaba observar? Una sonrisa se alzo en mi rostro, mi pupila brilló con un toque de gozo.
Una infinitud de pensamientos se infiltraron en mi conciencia, autos, juguetes, pelotas, notas, pololas...ahhh...más no era necesario...mi curiosidad se había saciado...sin notarlo, sabía lo que pensaban infinitas personas. El ojo, herramienta ineficaz, solo nos deja ver bosquejos de entes de dudosa identidad. Memorias, dulces memorias...imágenes de personas, distintos narradores, infinitos observadores.

sábado, 2 de junio de 2007

Roberto, Troxa y Roberto


Hace 15 años, yo tenía un robot llamado Troxa. Eramos muy amigos, íbamos a todos lados juntos. El era capaz de pensar, y tenía de orden protegerme a toda costa. Los años pasaron, fui creciendo, y Troxa fue quedando anticuado. Decidimos donarlo a un hogar de niños pobres, para que no se perdiera.
Diez años después, con la revolución de Taquinardi, la tiempo navegación surgió. Se me ocurrió visitar a mi viejo amigo en el pasado, para decirle todo lo que había visto en el futuro. Me adentre en la maquina, viaje...
Al llegar, Troxa estaba a lo lejos. Lo salude indicándole que era su viejo amigo, que era yo, Roberto.
Troxa sin dudarlo me ataco, me destruyo en solo dos segundos, sin darme tiempo siquiera para correr. Antes de expirar, escuche a Troxa decir: "Tu no eres Roberto. Roberto no piensa como tu, él es inocente, Roberto no eres tú". Roberto entonces vino, abrazo a Troxa, y me pego. Se escucho a lo lejos un susurro: "Ojala no existiese gente como él, yo seré un niño bueno, no como él"

Los Habitantes (III)


Hacia frió, mucho frió. El papel diario cumplía su doble función, combustible y abrigo, una dulce adición. Acostumbrado a la obscuridad, mis ojos se irritaban con el fuego. Una solitaria lágrima salio de uno de ellos...
Hacía años que nadie me visitaba, quizás siglos. De todas maneras, así me gustaba mas, era preferibles pocos diamantes a mucha basura.
El sonido de la madera ardiendo me hipnotisaba...el calor me abrumaba....Mi reloj marco las doce, era la hora ya. Entonces sucedió. La puerta vieja cedió, un hombre flaco y desteñido se abrió paso lentamente en mi habitación. Llevaba un un viejo libro con el. Su mirada...penetrante, determinada.No alcance a saludarlo, cuando otro sujeto entro, este muy formal y vestido de ejecutivo. Sin embargo, había algo en sus ojos que me llamaba la atención. Un color distinto...un color profundo y verdadero...un color puro y sincero. Ambos estaban asustados, aterrados.Los invite a ambos al fuego, los hice conocerse y conversar. A pesar de sus semejanzas, tenían diferencias...uno un tanto mas joven, mas loco; el otro mas sabio.
Con el tiempo los fui conociendo, comprendí lo que soñaban y lo que pensaban, sentí lo que sentían.
Pasaron 3 años, 3 siglos. Ellos entendieron quien era yo, entendieron quienes eran ellos. Estaban listos. El del libro se despidió y se fue, no sin antes decirle al otro "Yo lo conozco a usted". El viejo lo miró, se pausó, y con un tono muy sabio, respondió "Usted me conoce muy bien, usted se conoce a usted".
Así terminó mi segundo de dulce amistad. Luego, volví a la amarga soledad. Otra eternidad de espera me aguardaba. Prendí un cigarro, tome mas papel diario. Una siesta era lo indicado.

El Fuego (II)


Mi mirada se centraba en el fuego...el calor era solo momentáneo y sabia que este dulce momento era solo pasajero. Cambie de postura...acerque mis podridos pies al fuego...empecé a recordar.

Era el 12 de octubre de 1973, estaba trabajando en mi edificio. Hace 2 años que no llovía...la mortalidad era enorme... Las Guerras habían destruido un mundo que antes había estado unido, la sociedad rompió los lazos y solo se movía por necesidades. Cansado de todo, quería retirarme a vivir mis últimos años solo en la montaña. Derrepente, mientras escribía mi renuncia, escuche un sonido que hace tanto tiempo añoraba, escuche una gota...y después otra...y otra. Al fin...al fin estaba lloviendo, al fin podríamos volver a la normalidad. Rompí en un estado de éxtasis y emoción...hasta que...hasta que lo vi. Esta lluvia no era como la de antes...no, claro que no...esta lluvia no era amable, esta lluvia destruía todo a su paso. Desesperado empecé a arrancar, baje de mi noveno piso, pues sabia que si me quedaba ahí seguramente moriría. Llegue al subterráneo...me escondí.

En mi guarida escuche como todo se caía, la humanidad se desvanecía antes mis ojos. El sonido del metal cayendo, los gritos de la gente muriendo...ahh...tristes recuerdos para una dolorida y solitaria persona. Desde ese entonces, estoy solo aquí...en una ciudad desvanecida, fantasma, donde solo estoy yo y mis pensamientos.
Derrepente, escucho un sonido. Ese sonido nuevamente...no puede ser...salgo hacia afuera...es...lo es...es lluvia. Tal vez...tal vez haya otra posibilidad. A lo lejos se ve una planta emergiendo de la tierra. El sol sale después de años de obscuridad. No estaba todo acabado.

El Subterraneo (I)


Era tarde...era muy tarde ya. Libros y fotografías nadaban por mi pieza...recuerdos de otros años enterrados en la obscuridad. A veces escuchaba sus seductores susurros, que me invitaban a sumergirme en su interior y emborracharme con su dulce licor, pero con esfuerzo lograba evitarlos, y centrarme en mi mas profunda preocupación. Un libro incompleto en mi escritorio, el único que faltaba por completar, la única historia que carecía de un final. Sus paginas amarillas y polvorienta tapa me hacían pensar que este no era su hogar...había que encontrar ese lugar...la vela se empezó a apagar. Había pensado en hacer esto hace mucho tiempo...la curiosidad en mi era muy grande, y mi cordura estaba por explotar.Decidí bajar de mi noveno piso, el lugar donde había vivido mi vida entera, para ver como era el suelo en realidad. Tomando el libro me adentre por las obscuras escaleras, hasta llegar a un lugar fétido y silencioso, un cartel arriba indicaba el código "subterráneo", palabra que nunca antes había escuchado ni leído. Sentí un escalofrío al tocar la puerta...pero ya no había vuelta atrás, y me arme de valor. Al abrir la puerta...el polvo...la miseria...el caos...era inmenso...nunca en mi vida había visto algo así. Con lo poco que quedaba de voluntad en mi, decidí adentrarme en este subterráneo, y hacer lo posible por salvarlo. Mi libro por fin estaría completo. Mi departamento en el noveno piso...nunca volví ahí...nunca volveré a ese lugar.